La Orilla infinita ….
Escribe Paula Valdés Cozzi * El pasado 29 de abril, en calle Colón 2148, corazón del barrio República de la Sexta, se inauguró el flamante espacio de La Orilla […]
Escribe Paula Valdés Cozzi *
El pasado 29 de abril, en calle Colón 2148, corazón del barrio República de la Sexta, se inauguró el flamante espacio de La Orilla Infinita, una nueva sala de teatro independiente en la ciudad. En el marco de la Fiesta Provincial de Teatro 2023 disfrutamos con el equipo de Inquieta de su evento de apertura en una fiesta popular en la calle. También hablamos con Laura Silva y Natalia Trejo, integrantes pertenecientes a dos de los cuatro grupos de Teatro Independiente que conforman el colectivo que dió impulso y concreción a este espacio, Bisagra Teatro y Centro Experimental Rosario Imagina, respectivamente. Completan el equipazo Esse est Percipi y Bisagra Teatro.
Aquí, el relato de un sueño que hoy es una realidad y cuya inauguración es uno de los puntos en todo el proceso de este amoroso proyecto del que Inquieta ya daba cuenta cuando hace unos años atrás, cuando, aún “encerradas” y “aisladas”, apostábamos igualmente a la impresión de la Revista Inquieta N° 16 (1) , -y era esa, la concreción de once años de la Revista en la calle-.
En aquella edición contamos con la nota del dramaturgo, director teatral y fundador del Centro Experimental Rosario Imagina, Rody Bertol, acerca de un sueño que insistía en materializarse -como tantos, como el nuestro de Inquieta-, a pesar del Covid-19, a pesar del humo en las islas, a pesar del capitalismo feroz que nos intenta desmembrar.
Rody nos compartía: “Una sala de teatro se territorializa, irrumpe por asalto en un lugar inesperado, lejos del centro (como atrasa esa palabra) en busca de sumergir al espectador en los pliegues de una ciudad … Estos son espacios de resistencia, donde se articulan nuevos modos de producción de subjetividades, de experiencias sensibles que operan sobre lo imaginario”.
La apertura de esta nueva sala de Teatro Independiente en la ciudad se trata de una conquista más de la autogestión en la cultura. Del trabajo colectivo, de la clara necesidad de unirse, de unir impulsos, potencias y capitales simbólicos, aquellas largas trayectorias de los grupos independientes de Teatro de Rosario.
En este caso se trata del esfuerzo mancomunado de los cuatro grupos emblemáticos de nuestra ciudad mencionados más arriba, La estación, Rosario Imagina, Esse est Percipi y Bisagra Teatro,
En esta suma y encuentro de esfuerzos aproximadamente hace 6 años atrás, parte del equipo aplicó y salieron beneficiarios para el programa de subsidio de compra de propiedad para transformarla en Sala (o espacio de Teatro Independiente), haciendo uso de los derechos adquiridos por las Artes Escénicas Teatrales, y que garantiza la Ley Nacional de Teatro de 1997, a través de su Instituto Nacional de Teatro.
Aplicar para este programa, nos explica Natalia Trejo, implicó la confección de un proyecto, “ … así que empezamos a armar esta carpeta, a diseñar el proyecto, a juntar papeles, a hacer muchos trámites y pudimos presentarnos. Quedamos seleccionados entre varios proyectos de la ciudad … empezamos a buscar propiedades, dimos con varias, pero bueno, la realidad es que después la elección de la casa tuvo que ver también mucho con la época en la que estábamos atravesando como país …”
Sobre esto comenta Laura Silva de Bisagra Teatro que “… si bien sin este subsidio no hubiese sido posible llevar adelante o concretar lo que hoy es La Orilla Infinita no era suficiente un solo grupo … es ahí cuando nos juntamos cuatro grupos de la ciudad de Rosario, de teatro independiente y decidimos llevar adelante el proyecto”. Junto al deseo, cada grupo hizo su aporte desde lo que tenía “equipamientos, mano de obra, trabajo, trabajo, trabajo, fueron 6 años de muchísimo trabajo para poder llevar adelante el proyecto, era indispensable la unión. Dificultades hubo muchísimas, arrancamos con un dólar a 20, nos atravesó la pandemia …, y creo que el gran acierto fue seguir adelante, ponerle el pecho, poner todo lo que pusimos …”
En este sentido Natalia Trejo recuerda que mientras el dólar se disparaba, decidieron hacer aportes propios de cada grupo, “hemos destinado borderaux de funciones de cada obra de nuestros grupos, también hemos organizado fiestas para recaudar fondos, fue todo un trabajo de hormiga de hace ya varios años”.
Con respecto a la elección del lugar, caminar la ciudad con los fondos que se disponían, en búsqueda del mejor espacio para el proyecto fue una parte indispensable de ese poner el cuerpo y sigue Laura, “vimos un montón de lugares, galpones posibles …donde poder construir un teatro, donde poder hacer posible un espacio donde podamos hacer teatro …podría recordar uno en Pichincha, en Echesortu hasta que apareció este, de Colón entre Cerrito y Riobamba, que era una casa chorizo de pasillo más un galpón atrás, reunía las condiciones , era posible comprarlo …”
“Por relatos que fuimos recolectando (en ese galpón) había un taller de carpintería, era un señor que tenía un taller de carpintería y ese taller de carpintería que se fue refaccionado y se fue armando, hoy, es la sala de teatro”, nos suma orgullosa Natalia, esos detalles que mueven la nostalgia y la resignificación de las arquitecturas y los oficios en las ciudades, Es otra vez, un taller de oficio, el oficio de teatreros, teatreras, y teatreres.
Laura continúa, “también el barrio, que tenemos la ciudad universitaria cerca, es un barrio que está lleno de clubes y entonces nos parecía también muy interesante por eso (…) y bueno, se concretó y se compró la casa chorizo con el galpón atrás”, dice Laura con una sonrisa de oreja a oreja, que no podemos ver pero percibimos con total claridad a través del tono de su voz en los audios intercambiados.
Para Laura, “tener un espacio propio implica, tener dónde. Tener dónde juntarnos, tener donde ensayar, tener donde enseñar lo que hacemos, tener donde mostrar lo que hacemos, dónde producir, dónde crear, dónde hacer las obras y convocar al público, que es maravilloso y fundamental, tener dónde”.
Natalia refuerza esta conexión con el barrio cuando nos dice acerca de los lazos posibles con la ciudad universitaria de La Siberia, o los ya establecidos con el Club Temperley que está a la vuelta, “nos parecía piola, descentralizar un poco, que no todo ocurra en el centro y que en los barrios también pasen cosas. Así que eso fue una apuesta que empezamos a fantasear y que hoy por hoy se está dando. El fin de semana pasado tuvimos las primeras funciones y fue hermoso cómo las vecinas y los vecinos se acercaron. Bueno, también ellas se habían acercado a la celebración y a la fiesta de inauguración, que la verdad que nos sorprendió la cantidad de gente que no sólo los vecinos y vecinas sino compañeras y compañeros del colectivo teatral, amigas, amigues, amigos, bueno la verdad que nos sorprendió gratamente la repercusión y la respuesta de la gente.”
Y ya hacia el final de esta entrevista asincrónica, aparece una idea en la charla, la del encuentro y el lazo, la Potencia.
“Me quedo pensando en que hoy por hoy tener una sala propia, no solo que es el sueño de cualquier actor o actriz y no deja de ser también un lugar que aporta a la cultura de la ciudad de Rosario, también es un espacio donde la intención es que sucedan cosas, donde uno se pueda emocionar, se pueda reír, pueda encontrarse a reflexionar con otro, hacer lazo, que me parece que en este contexto en el que estamos atravesando es fundamental, me parece que es lo que nos salva. También abrir un poco el juego al interior, que vengan producciones de otros lugares, hacer intercambios, hacer cruces, empezar a tramar con otros hacedores de la cultura. Me parece que eso es también una apuesta importantísima.
Hoy pienso en la Orilla Infinita como un lugar de mucha potencia, puedo decir que es pura potencia la orilla infinita”. Y otra vez, las sonrisas de oreja a oreja.
Entonces, al escuchar a Laura y a Natalia me surgen preguntas, a las que Inquieta, junto a otres compañeres de la Danza, venimos intentando dar debate y respuestas. ¿Es acaso la experiencia de La Orilla, una posible interpelación al colectivo de las artes del movimiento local? Es acaso, también, un llamado nuevamente a la atención de las políticas públicas, que de manera patriarcal dejan aún a la danza sin su legislación ¿Por qué no hay salas independientes para o de la danza? (2)
Volvamos … a la calle Colón, a la inauguración que el pasado sábado 29 de abril nos llenó el corazón, el alma y el cuerpo: las conquistas del trabajo colectivo, la alegría, el alivio de encontrarnos, los diversos esfuerzos para que las cosas sucedan, las miradas cómplices, las familias, les niñes, la casa del barrio, las generaciones de actores/actrices/maestros y maestras, el encuentro del teatro y todas las artes, las dudas, la confianza, las amistades, las enemistades, celebramos la apertura de esta sala.
El escenario montado en medio de la calzada, ni muy alto ni muy bajo, accesible, cercano, la DJ inundandonos de impulso sonoro para bailar juntxs, los recorridos azarosos por la sala, la calle y las charlas, la barra de bebidas para colaborar con el proyecto, la mesa de los chori del club Temperley para colaborar con sus socixs, el mismo club donde ahora los elencos después de cada función (3) van a cenar y a ser recibidos hermosamente. El acompañamiento de las viandas veganas y el refuerzo de las bebidas espirituosas de la mano de lxs vendedorxs ambulantxs, para las casi 1000 personas que poblamos ese día, calle Colón al 2100, sede de La Orilla Infinita…
Una verdadera fiesta popular (4), sin impostaciones, sin más maquillaje que el de la celebración y la satisfacción de lo logrado.
Y, como nos decía Rody, en el inicio de aquel artículo, citando de Spinetta, una canción, de la cual por cierto surge el nombre de La Orilla, “Vuelve a mí, para no pensar que este mundo ya quedó sin fe”, y para cerrar su escritura en lo que era solo un proyecto y hoy nos revela una certeza, “La verdad no se construye con un sueño, sino con la suma de todos los sueños” (fragmento de Las mil y una noches).
*Paula es bailarina, docente en el Instituto Superior de Danzas Isabel Taboga e investigadora autodidacta @pauvalcozzi
(1) Podés conseguir las ediciones impresas de Inquieta en Paradoxa Libros, Mendoza 923, Rosario.
(2) Sugerimos al respecto de la lucha por la Ley Nacional de Danza, seguir estas redes:
@movimientofederaldedanza, @mov.x.leynacionaldedanza, @frente_emergencia_danza, @aatdanza, @aatdarosario, @observatoriodeladanza y la lectura del artículo http://cobai.org/2023/04/21/un-proyecto-historico-ley-nacional-de-danza/
(3) Toda La programación de La Orilla Infinita está en https://www.instagram.com/laorillainfinitateatro/
(4)Las fiestas populares son eventos privilegiados de la vida en comunidad, y son al mismo tiempo transitivas y reflexivas: la colectividad celebra algo y se celebra a sí misma ( Ariño, Antonio. 1992. La ciudad ritual. La fiesta de las Fallas. Barcelona, Anthropos.).
Es una revista que también tiene soporte digital. Se trata de una revista contemporánea de danza y artes del movimiento.
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