Las entenadas. El paisaje en los cuerpos

Escribe Romina Gásperi

El pasado miércoles 26 de abril, dentro del marco de la Fiesta Provincial del Teatro 2023 del Instituto Nacional del Teatro https://inteatro.ar/, se presentó en la ciudad de Rosario, en la Plataforma Lavardén, “Las Entenadas- Invocación de danza y paisaje”, obra de teatro danza, dirigida por Eugenia Roces.

Esta obra fue seleccionada junto con otras a participar de las presentaciones provinciales, instancia donde se eligen los elencos que formarán parte de la Fiesta Nacional. Es conmovedor y motivante, para las artistas de las nuevas generaciones, saber que de las 17 obras participantes 10 tienen la particularidad de ser dirigidas o co-dirigidas por mujeres santafesinas. Y en ese aspecto, Las Entenadas no es la excepción.

Eugenia Roces nació en Helvecia, un pueblo al sur de la provincia de Santa Fe. Su tono de voz y su ritmo pausado para hablar nos traen ese aire a tierra, a río, aires de naturaleza que marcaron su niñez y la acompañaron inevitablemente en su vida y en su arte. La directora de Las Entenadas vive desde hace siete años en Buenos Aires y las velocidades de la capital porteña la llevaron a experimentar otras maneras de vivir. Pero la pandemia la devolvió a ese pueblito natal y con su vuelta, también regresó a un universo cargado de sensaciones corporales, olores, texturas que se traducen en esta obra.

En ese viaje hacia adentro, nace la idea de Las Entenadas. El punto de partida de la investigación es el paisaje, que Eugenia ya lo tiene bien impregnado en la piel. Todas las relaciones estéticas que realiza en su obra parten de ese imaginario interno que la acompañó en las vivencias de su infancia por aquel pueblo de Santa Fe. Aromas, colores, un paisaje no solo visual, sino también sonoro y sensoperceptivo entretejen la trama y remiten al espectador a una experiencia de naturaleza viva. 

La obra de Eugenia Roces está inspirada en la novela de Juan Jose Saer, El Entenado.  El autor, también santafesino, nos acerca, a través de su novela a elementos de la naturaleza, propios de esa geografía. Este es el espíritu que atraviesa toda la obra de Las Entenadas, donde a través de un trabajo profundo de investigación previa, cuatro bailarinas oriundas de tierras santafesinas, se fusionan para contar un relato, resultado de todo un trabajo biográfico, donde cada una pudo hacer un recorrido por su propia historia. La intención de la directora fue hacer emerger el ecosistema en cada una.

En la obra se escuchan voces en off, son algunos fragmentos de la novela de Saer, y otros que se generaron en el proceso de investigación, que fue de mucho vínculo con el paisaje, mucha conexión de cada artista con su propia biografía.

“El libro de Saer me fascinó, el nivel de descripción casi somática del vínculo entre las personas con el territorio. Todo el tiempo reivindica lo somático entre los cuerpos y el lugar. Fue una inspiración, una invocación, un disparador para el proceso de investigación y para lo que queríamos generar con la obra que es una experiencia de paisaje. El libro retrata una cuestión existencial de la humanidad con el terreno.”- dijo Eugenia

El desafío a la directora se le presentó cuando comenzó a pensar en sacar la obra de Santa Fe, lugar específico en el que fue creada. Conversando con ella, nos contó que se vio en la disyuntiva de decidir qué mecanismos ponía a prueba. “O es una obra que habla de Santa Fe en otro lado, o es una obra que hace un estudio de campo del lugar donde va y genera una nueva propuesta, o es una obra que con lo que hay, intenta abstraerse y generar algo más universal”. En esta versión adaptada a la ciudad de Rosario, se inclinó por la última opción. Además de pasar de hacerla de un espacio abierto a un espacio cerrado, se encontró con una espacialidad tan particular como es la escalera acaracolada de la Plataforma Lavardén.

Los elementos de la naturaleza son los mismos que en la obra original. Pero esta vez, a  modo de adaptación, fueron a buscar agua al río. Esto le da cohesión al relato corporal desde el inicio, cuando se observa a la cantante lavándose las manos en el cuenco de barro. Durante el recorrido las protagonistas van atravesando distintas escenas, donde aparecen las palmeras, el dorado, pinturas, cañas, un alternado de matices, y texturas que le imprimen otras corporalidades a esos mismos cuerpos en movimiento, en danza.

 

 

El paisaje es la escena

“En Rosario la obra debía elevarse a un nivel ficcional más alto para hablar de sí misma. Las escenas en Santa Fe duran mucho más y nos permiten ese tiempo de entrada, de contemplación, de permanencia y de salida. Sobre todo porque la gente va transitando en colectivos, va generando una experiencia común y ya entra en un modo donde la escucha es otra. En Rosario el código es más escénico desde lo funcional”– dijo Eugenia.

 

La espacialidad es el punto de vista. El punto de vista es la dramaturgia de la obra

En la obra, las escenas se van pensando desde el punto de vista que generan en el observador. En Rosario fue un recurso escénico clave ya que el espacio lo proponía. Roces cuenta que se basó en el espacio para ver qué potencia podía sacarle, que ángulos  armar en cada escena. 

Eugenia logró adaptar perfectamente la obra a este espacio tan diferente al original. En un recorrido de poco más de una hora, el espectador se va adentrando en este mundo natural, salvaje, intenso y cambiante que protagonizan cuatro mujeres, y se logra impregnar de ese universo que vive tanto fuera como dentro de ellas mismas. 

Ese sentimiento de destierro, esa sensación de desarraigo fuerte que le generó el pensar en aquel paisaje que la vio crecer, esa extrañeza por el río, esa nostalgia por su tierra se traducen en la danza de estas bailarinas, así como la dualidad entre el ritmo acelerado de la ciudad y la tranquilidad del pueblo, 

La idea de viaje la acompañó siempre y la posibilidad de entrar y salir del paisaje, apropiándoselo, haciéndolo cuerpo, es parte de lo que podemos percibir en Las Entenadas. Esta obra le deja al espectador esa sensación de poder llevar el paisaje en el cuerpo la posibilidad de despertar ese registro de lo sensorial a donde sea que vaya.